Monasterio de La Santa Espina - Castromonte, Valladolid

Virginia Torres

Un lugar estupendo, con un gran patrimonio artístico muy desconocido que es necesario reivindicar. Es un ejemplo fundamental de la arquitectura cisterciense y conserva piezas únicas, muy bien explicado todo por la guía. El entorno es interesante y se deberían explotar más sus posibilidades, especialmente el conjunto acuático tras el edificio y el poblado agrícola, pues puede mostrar formas de vida ya perdidas. Las viviendas habría que recuperarlas como poblado turístico, pues tienen gran interés arquitectónico y un fuerte potencial, así como la conexión con el poblado mediante el río Bajoz, muy pintoresca.

Jose Maria Ortí

Impresionante todo el complejo desde el portal de acceso al gran complejo de varios estilos arquitectónicos y usos. Mejoraría la organización de las visitas y ampliaría los recorridos. También mejorar el cuidado de los jardines incluso de las parcelas de cultivo. Además de la singularidad y calidad arquitectónica destacar que existe una reliquia de la corona de espinas y un hecho histórico relevante el encuentro de Felipe II con su hermanastro Jeromín futuro Juan de Austria.

P. D. P.

Se trata de un complejo monástico enorme en el que se respira paz e historia. Las visitas son guiadas. Las guías de hoy (Lourdes y su compañera) han sido muy amables y han puesto mucha dedicación en explicar cada detalle. Entre sus tesoros se encuentra el poder mostrar, según la creencia, una espina de la corona de Jesús. Recomiendo adquirir la entrada por la web (5€).

shocking retro!!

Lugar precioso sin igual.
Muy importante reservar la visita guiada
Hay mucho sitio para aparcar fuera.
Todo muy cuidado. tiene mucho valor histórico y por eso merece la pena la visita

majo busa

Visita obligada si estás por la zona. Sólo se puede visitar en visita guiada. La visita dura unos 50 minutos y el guía la hace muy interesante y amena, incluso para niños, y transmite la pasión que tiene por el arte y la historia. El monasterio es pura historia de España y esconde varios tesoros en su interior que se van descubriendo durante la visita. Si te gusta el arte y la historia lo disfrutarás enormemente, y si no, también.

Teresa Cano

Ha sido todo impresionante. Para los que no tengan fe, por la Historia y la Belleza, no se lo pueden perder.
Si además eres creyente, es un lugar especial, muy especial.
Miguel, el guía, una gozada cómo explica y transmite todo.
La Fundación Educativo Servanda que ha tomado la gestión del Monasterio lo está haciendo realmente bien.
Espero que la gente descubra y disfrute de este impresionante lugar

Volveremos

Amaya Brizuela Llorente

Es impresionante segun entras por las puertas.La guia dio las explicaciones muy bien.Recomiendo su visita

Alfonso Ruiz

De visita obligada si estas o pasas por Valladolid. Si vas NO TE ARREPENTIRÁS. A un tiro de piedra de la A6. Fuimos desde Tordesillas y es rapidísimo.
Fin de semana de escapada de reposo y cultural. Nos regalamos la comida, los vinos y , el domingo por la mañana, la visita al Monasterio.
El lugar es precioso. El entorno es un regalo para la vista. Escondido y espléndido, el monasterio se disfruta ya antes de llegar.
Dia frio pero con sol de invierno en la cara que, como decía Hilario Camacho, "te ilumina los sentidos y da calor a la tristeza".
Sin problemas para aparcar. La recepción es amable y simpática.
Se puede ir a misa a las 11 si se quiere y es en una capilla pequeña de piedra antigua, escondida en el coro de la iglesia.
Es visita guiada y a un precio simbólico. Son 50 minutos que se hacen amenos por el entusiasmo del guía. Se ve que es un enamorado de la historia y del arte.
Todo esta muy bien conservado. Está gestionado por una fundación que, tengo entendido, tiene el mismo entusiasmo y espíritu de servicio que muestra el guía del monasterio.
No lo habitan ya monjes desde 2019. Pero te los imaginas andando por los claustros y meditando en las capillas de paredes robustas, frias y acogedoras. Alturas y espacios que invitan al reposo y la reflexión. Da la sensación que recogen los pnesamientos y los trasladan a su destino.
Esta visita es como todo lo bueno de la vida. El que va se lo lleva dentro y lo saborea durante años. El que no va, se lo pierde y llevará una vida más gris. 😉
Subo algunas fotos.